Vicenza, que decir. Bonita es, no lo voy a negar, pero piccola piccola también lo es. Tanto, que en dos horas te las ves de arriba a abajo, y nosotros teníamos 8. Estuvo muy bien porque disfrute del placer de la cerveza y de la sombra de los arboles muchas veces ese día. Pero también pateamos cosa mala bajo un calor infernal.
Por la tarde, a eso de las 7 cogimos el tren a Verona (la ciudad de Romeo y Julieta) donde nos juntamos con nuestra compi de Venecia, Laura, y una amiga suya. Lo primero que hicimos fue buscar la casa donde nos íbamos a alojar durante tres días. Pusimos a prueba el couchsurfing. Para los que no lo sepáis, es una forma muy maja de encontrar alojamiento gratis y conocer gente nueva.
Pos lo dicho, rumbo a la casa de Giovanni (nuestro Host), un Italiano que tenia que haber nacido en Japón y que vive en un piso pequeño muy acogedor con sus dos gatos negros (Arashi y Tsunami). La temática de la casa como podréis suponer era japonesa (incluido el baño) y con símbolos japoneses por las paredes.
Llegamos los cinco un poco a verlas venir porque hablamos con él por teléfono y nos dijo que no estaba en casa, pero que nos había dejado las llaves en el buzón. Que entráramos y como si estuviéramos en nuestra casa. Pues total, después de encontrarnos con otras dos surfers de Milano que esa noche la pasaban allí también y de pasar una odisea para sacar las llaves del buzón con ramas de árboles (cerro el buzón con llave sin querer) pudimos entrar y acomodarnos.
Simplemente puedo decir que Giovanni es una persona muy atenta y amigable y que cambió mi idea del couchsurfing de algo sin más, a una experiencia realmente satisfactoria y con ganas de repetir. Fue una lástima que ese finde tuviera lío porque me hubiera gustado disfrutar de su compañía en Verona.
Verona, que ciudad más bonita. Me esperaba menos y salí encantado. Vale que Julieta te sale por las orejas pero es una ciudad muy agradable para pasear y disfrutar de sus calles. Tuvimos suerte y el tiempo nos respetó el sábado aunque luego nos dio fuerte el domingo, pero eso viene luego.
Tanto de día como de noche tiene mucho encanto y si madrugas puedes ver la ciudad sin ninguna persona viva por la ciudad y quedarte con un recuerdo espectacular de esta magnífica urbe. Nuestra foto de la ciudad solitaria es en el Arena, porque es una plaza enorme y siempre llena de gente, y no había nadie en ese momento. Una maravilla.
La lluvia
Que maja ella, nos apareció la tarde del sábado y no nos dejó hasta entrar en casa en Lamon. En Verona las chicas usaron improvisados chubasqueros con bolsas de basura mientras yo me calaba. Pues uno debe mantener su dignidad intacta...hehe. El domingo marchamos al Lago de Garda (o zona de entrenamiento de Zeus) porque las tormentas, la lluvia y los relámpagos eran el pan de cada día.
Visitamos cinco ciudades por la zona este del lago (Peschiera del Garda, Lazise, Torri del Benaco, Malcesine y Riva del Garda). A medida que avanzábamos el paisaje y las ciudades mejoraban increíblemente, al igual que el número de rayos y agua en nuestro cuerpo. En la tercera ciudad cedimos y compramos paraguas, aunque en ese punto ya no eran muy útiles. Además, a mi se me rompió. No sé pero me da que a Zeus muy bien no le caigo.
La verdad que fue una experiencia muy maja visitar el lago en esas condiciones. Nunca había dudado de que era un lago y una ciudad hasta ese momento. Ver ríos en vez de calles o cascadas caer de los tejados, no tiene precio. Finamente regresamos a Verona y disfrutamos de una velada muy agradable con Giovanni.
La próxima parada esta aún por ver, porque ahora toca la fiesta gorda de Lamon (se sube todo el mundo a casa, así que durante uno días seremos unos 20) y después me tomare un par de findes tranquilos por aqui para chapar y mejorar mi italiano macarronico. Pero ya se está hablando de un triplete Milano-Torino-Genova.
Os mantendré informados