viernes, 11 de julio de 2014

9- Bienvenidos al sur

Ya sé que llevo un mes sin contar nada, más de uno me ha preguntado que es de mi vida pero debido al ajetreo que he tenido ha sido imposible escribir nada.

Partí de Lamon el 16 de Junio en dirección a Sernaglia, una hora de bus y tren, pero esa hora se multiplico por 6 ya que los trenes italianos se costipan con regularidad. Aunque los retrasos sirven para conocer gente. Una vez en Fontigo comencé a trabajar con el grupo de Legambiente que está ahí. La semana y media que estuve estaban haciendo los centros stivi con niños. El trabajo fue fácil y nada pesado. Unas 5 h por la tarde o por la mañana. Después tiempo libre que me pasaba con Laura haciendo el plan improvisado que le salía... Y entre alguno de ellos estaban las cenas en casa de sus amigos, bbq en un pueblo cercano o una noche de playa y fiesta en Gesolo, aunque yo la playa no la pise. También hubo baños en el Piave y paseos en bici. Unos días de trabajar y diversión productivos.

Baño en el Piave

El 25 de junio pusimos rumbo al sur. A Nápoles, esa ciudad que dicen que es caótica, peligrosa, y que te roban hasta el agua de los floreros. Un poco más y te dan ganas de ponerte un chaleco antibalas como en la película con el mismo nombre que esta entrada. Una película divertida que recomiendo que veáis.

Con el Vesubio al fondo

El motivo de ir a esta ciudad era el training. Una reunión que deben hacer todos los EVS de Italia en el primer mes de llegada para dar una formación y orientar a los nuevos reclutas para hacer más llevadera su experiencia de voluntariado. En general a mí me sirvió de poco la información recibida ya que el 90% ya me lo sabía debido a que llevo en Italia casi 4 meses. Pero he de decir que la organización y los encargados de darnos las clases y orientarnos durante los 8 días que pasamos allí fueron de 10.    
Galería Nápoles

Pero lo mejor de esa semana fue la gente. Sin la menor de las dudas. De Costa Rica, Cabo Verde, Kenia Argentina, Venezuela, Palestina, Armenia, Georgia y otros tropecientos países europeos. En total éramos unos 30. Hicimos piña rápido y el español se estableció como lengua dominante pero he decir que coexistía con el italiano. Algo que alguno no le gusto pero bueno, es algo que sucede cuando la mayoría hablan la misma lengua. Fue interesante conocer los proyectos de otras personas y poder ver que ni el tuyo es el peor pero que tampoco es el mejor. Ver los problemas o ventajas que tenían en sus respectivos proyectos y lugares de residencia fue interesante. 

En cuanto al tiempo libre, escaso ya que teníamos actividades en la mañana, en la tarde y en la noche. Además el hotel estaba en un geto a 10 km de Nápoles lo que redujo las opciones a birra del súper y piscina. Convertimos la piscina en nuestro propio geto y en este pequeño geto comenzaron a entablarse amistades con muy buena gente. 
Nápoles la visitamos el 4 o 5 día y la verdad que es una ciudad interesante a los pies del famoso y poco imponente Vesubio. Con mucho que ver y si, en comparación con las ciudades del norte es caótica pero tampoco nada exagerado, y peligrosa, más o menos como cualquier ciudad grande europea. Me hizo gracia el comentario del argentino que en un punto de la ciudad dijo: ahora puedo decir que estoy en una ciudad sudamericana, esto no tiene mucho que envidiar a Caracas. Pero nada, es simplemente una ciudad grande desordenada. Tan desordenada que en una calle las cervezas cuestan 4€ y en la paralela 1€.

Uno de los 4 castillos de la ciudad

Los 8 días se pasaron volando y fue una pena despedirse de esta gente pero hay que continuar con nuestros proyectos. Pero no fue un adiós sino un hasta pronto.

El plan que tenía después era partir a un campo en Lombardía pero por problemas de comunicación al final no fui. Por lo que retrase el billete para volver a Lamon el día 5 de julio para ver Pompei y alguna cosa más con Laura por Nápoles. Pero la última noche del training a las 12 de la noche me escribió mi tutora preguntándome que si quería ir a Salento a trabajar en un campo pero tenía que ser al día siguiente sin falta. Mmm.... Era decidir entre ver Pompei o ir 10 días a la playa. Use el sentido común y decidí la segunda ya que las ruinas seguirán ahí y la gente que podía conocer en Salento no. Y acerté de pleno. Por lo tanto cambio de billete y despedida de la ciudad con Dimitri y un amigo suyo. Dos georgianos para conocer y tener cerca.

Dimitri y yo en el punto donde empezó el training
Pues lo dicho, tren y 6 horas en dirección a Lecce. En la ciudad debía coger un bus pero no encontraba la parada y preguntando, al final un chaval muy simpático me llevo en coche a la estación de autobuses. De ahí directo a Gallipoli donde me esperaban 10 días con 15 chavales de unos 16 años. Había aterrizado en el Salento, un lugar donde España dejo un poco de su historia.

En uno de los bukers que hay repartidos por la costa

Estuvo bien pero cansado ya que debía controlar a los chicos las 24 horas. Un grupo en general bueno y nada fuera de lo habitual aunque algo cortitos a la hora de saltarse las normas. La actividad diaria era más o menos limpieza de la playa y del pinar por la mañana, y playa y relax por la tarde. También visitamos la ciudad de Gallipoli y pudimos disfrutar del atardecer tomando una cerveza fresquita. 

Con algunos de los chicos del campo


En cuanto al campo, está situado en un camping bastante chulo en frente de la playa. Muy bien organizado y con un saco de tiendas para dormir. Casi había una por persona. En cuanto a la limpieza, un montón de mierda. El mar traer basura a patadas y deja la playa asquerosa. Es una pena porque el color del mar es muy bonito pero la playa deja mucho que desear.

En la fortaleza de Galipolli

El coordinador, mi jefe, un italiano peculiar que habla como si se disputase un campeonato de fórmula uno es su boca, es un tío majete y que se preocupa bastante de todo. Ha sido agradable compartir estos días con él y con el grupo de chavales. Han sido unos días de trabajo, relax, amistad y de iniciar posibles proyectos nuevos.


Atardecer en Galipolli
Pero como todo al final se acaba toca volver a Lamon para comenzar otro campo con chavales....10 horas de viaje atravesando toda Italia. Las primeras 6 horas el tren va bordeando el mar por el adriático casi casi metiéndose en él desde Bari hasta Rimini. La verdad que 6 h viendo a gente tirada en la playa da un poquito de envidia pero también me ha servido para fijarme que los socorristas solo tiene un tipo de color de bandera, EL ROJO. Acaso de que aquí el rojo signifique verde que me expliquen el motivo de que esta roja la bandera siempre cuando el mar es como un plato y para que el agua te cubra por completo, tienes que avanzar 100km mar a dentro. Cosas de los italianos. Gente que no va a la playa si hace viento y hay marejada. Vamos un viento y una marejada tan seria como la bandera roja. Como echo de menos el atlántico...

Vistas desde el Tren (Mar Adriático)

En fin, voy cerrando este resumen del mes contando lo que me depara el resto del verano. Del 12 al 17 campo en Lamon. Luego del 18 al 23 de vacaciones a Cerdeña con amigos del training. Retorno a Lamon para hacer otro campo y el 6 de Agosto vuelvo al Salento hasta el 24 para hacer dos campos en Porto Cesareo. Un verano con mix de Montaña y playa entre el norte y el sur de Italia. :) 

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